martes, 29 de enero de 2019

Troya.

Me está consumiendo la ansiedad, el cerebro me viaja a mil por horas con ideas sin saber cómo formarlas; ni escribirlas, ni dibujarlas
De pronto me deterioro como madera vieja
Y después, me encuentro en busca de un Dios que me ayude comprender… O a un Dios que no me ayude a nada
Pero busco a un Dios, cuando la noche se hace fúnebre y el frio se resbala entre vellos
Busco algo celestial para sentir paz… O sentir tormento, pero sentir algo…
Saber qué me produce el describir cada milímetro de ti, mientras las cadenas pesadas me obligan a descontrolar intensamente mí mundo interior…
Por dentro ardo, ardo en fuego, por dentro soy volcán y destellos fluorescentes cegadores… Destruye iris, calcina córnea, desvanece retina y construye agujeros negros…
Por favor, déjame volver a ti
Aquí voy… Agarro el tren:
Ya todos comparan lunares con estrellas, yo comparo tus lunares con nada, en el nada está lo mejor; en el nada está la imaginación; pues puedo decir de pronto que tus lunares son manchas de la tinta irrigada de alguna escritura divina.
Como también puedo decir que tus lunares equivalen al número de veces que te han hecho llorar.
Y de pronto toma otra forma y se convierte en un pentagrama que me elevará o destruirá la vida.
Casualmente puede ser el fino trazo de Homero conformando la perfecta poesía.
No sé… Pero quisiera nadar en el nada de tus lunares y que me consuman tan lento como si me hundiera en arena movediza.
Trágame, no importa si en pedazos o completa, pero déjame viajar dentro de ti… Quiero sentir las olas con cada movimiento que ofrezcas…
Luego sácame y tiéndeme al sol…
Déjame sentir, no importa qué o para qué, pero déjame sentir
Mucho o poco, no me importa; amo sentir
No me agoto de decirlo y escribirlo, “sentir” es mí segunda palabra favorita
La primera… Toca descubrirla, te permito recorrerme… En alguna estación lo sabrás
Pero está cerca de “libertad”
Bueno…
Quizás después de no tener una línea seguida en este desahogo
Podría decir que ya conseguí a un Dios
Sí…
Y ya late dentro de mí.


Jhessika Betancourt.

Yo que vivo dentro de mí... me desconozco  Me pierdo entre tantas ambigüedades  Para aquí y para allá, no sé dónde estoy Ni a donde voy...  ...