Un día se fue y no volvió
Yo me quedé esperando en la puerta
Me asomaba para ver por las rejas del portón y prevenir si regresaba
Me resignaba a que ya no vendría, pero muy en el fondo de mí.
Lo negaba con la mente y lo sentía en el vacío absurdo que había dejado en mí
Yo seguía esperando donde siempre
El café que le dejé en la mesa reposando a su espera se congeló
La cama ordenada, tan plana como cuando la corriente del mar no existe
La casa se convirtió en una selva desconocida, yo andaba por intuición
El dolor me tumbaba al piso, yo lo agarraba como si tuviera la capacidad de sostenerme un poco más
Pero me hundía sin pausas, ni tiempos
Ahí estuve tanto tiempo que olvidé porqué lo esperaba
Yo sólo quería que regresara y me explicara porqué se fue
Yo no quería que viniera a quedarse, yo al menos quería que se despidiera
Así yo sabría si seguir esperando o llorar eternamente en la sala
Resignada completamente a que no volverá jamás
No podía esperar y llorar al mismo tiempo
Las eternidades no podían ser divididas
Y el sentimiento jamás podían ser los mismos.
Un día se fue y no volvió
Y yo, yo me quedé para extrañarlo
Pero creo que hoy cerraré la puerta y dejaré la ventana abierta
Por si se te ocurre volver, al menos deja por la ventana el porqué te fuiste, el porqué te vas.
Deja todo ahí, sé prudente, no vaya a ser que se me escape la dignidad.