Cálidas tus manos unidas con las mías.
Encajan perfectamente.
Como si fueran sido separadas al nacer.
La sonrisa se le parece a un atardecer en otoño.
Pulcro atardecer, digno de admirar por horas.
Cautivante mirada que desvela el infinito.
Destiñendo suavemente los destellos del sol.
Piel diáfana, atada a lunares parecidos a estrellas a punto
de caer.
Deslizo mis dedos como si los pudiera acoplar, tú espalda es
mi mapa.
El único mapa en el que me disipo sin miedo a desaparecer.
Besos de labios color vida, recordándome el sabor de la
perdición.
Llevándome a Plutón.
Amor mío, te describo poco, te recuerdo tanto…
Necesito abrazos confortantes como los tuyos.
Que me curan cada vez que lo haces.
No me imagino dormir entre ellos.
Por: Jhessika Betancourt.