Entre celestiales y
una galaxia nula, las aguas que hierven en las mejillas de Venus.
De letras pequeñas que
se transforman en relatos
Conjunto de pasado y
recuerdos agotados
Que a penas y caminan hacia
la corriente
Cruzan sin fuerzas y
desplazan sus cabezas contra el piso
Y cuando llegan
regulan el frío y vuelven a ser calientes
Y vuelven a tocar el
medio; la duda y el sufrimiento
Las piernas doradas se
retuercen
Los dedos de los pies
dan un masaje a las letras, y quedan en ellos clavadas las tildes
Las manos suben y
acarician el aire, le abrazan y absorben
Moldean figuras
abstractas e inútiles, moldean colirios y fragancias...
Distracción...
Mirada de gato en la
sala, mirada de gato en la almohada
Posando en el polvo cósmico
que se creó en el centro de su cama
Lamiendo su cuerpo
para limpiar los recuerdos, y vuelve a volar
Y vuelve a posar, y ahí
estas; en el abdomen, a centímetros del ombligo
Sin expiración del
sentimiento mutuo. Me miras; gato, y me siento como tú...
Mirada de gato en la mía,
mirada de humano en la tuya.
Concentración...
La soledad que yo
grito y susurro cuando no quiero que nadie escuche
La soledad...
Azul, azul es mi
soledad...
De las pequeñas letras
que se unen en las madrugadas,
Veo el azul del cielo
al anochecer
Y veo el azul del
cielo al amanecer
Y recuerdo, y escribo,
sin parar
Adulo fantasías
Nado en las letras, confundiéndome
en el lápiz saltando a otro precipicio
Viendo las matas de la
mesa, como una hoja se mueve en cámara lenta por una brisa rebelde
Y como las uñas se ensucian
con el carbón borrado
La luz ligera que apenas
acompaña mis pupilas, la irrigada conspiración de los mensajes positivos
Y la conformidad de la
soledad
Soledad, soledad que
me acompaña, soledad que mi cerebro ama
Ésta soledad que lleva
la vida a mi lado
Pero a veces se aleja
Soledad que cuando va
llegando me voy preparando
Empiezo por la respiración
que se penetra con la historia amarga
Y entonces aprecio
Aprecio mi soledad…
que es azul.
Jhessika
Betancourt.